jueves, 19 de noviembre de 2009

Vegestorio(?). (Marzo 2009)

Empecé a practicar tiro al blanco como descarga. Con cualquier dardo: un celular, un llavero, una mochila, contra una heladera, contra una pared, contra el suelo. Comencé a aprovecharme de mi estado de ebriedad para aumentar mi virulencia y a esconder mi llanto tras gafas de sol, a veces bajo la lluvia o en la noche. Me acostumbré a las miradas despectivas, a los golpes, a las puteadas y a que me echen de los zaguanes donde me siento a escribir páginas y páginas, donde me olvido de mis obligaciones y dejo de vivir mi vida para transformarme en espectadora de la vida de los demás, y de la mía también.
Autodestrucción conciente e inconciente. Y ¿por qué no destruir a los que me rodean también? Después arrepentirme y llorar, autodestruirme un poquito más. Perdí compañeros personas y compañeros objetos. Va a seguir pasando.
''¿Vamos a tomar una birra?" "Convidame un cigarro." "Estoy enojada, no voy a comer."... Tengo que aprender que en los casos de malas energías desbordándome esas frases pueden no ser la mejor salida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusto esto