Ver cómo todo lo alguna vez apretujado con plena felicidad se ha escapado de las manos propias y está a gusto en otro lugar, con otra gente; es una mierda.
Tu cuadradito de aire, tus sábanas azules y el nuevo modelo que no se llegó a implementar, ya no forman parte de mi cotidianidad.
También es una mierda poner distancias sabiendo claramente que se desea todo lo contrario: una fusión metamórfica, eterna y efímera a la vez, algo tan simple como magia.
Y una tontera irremediable, proveniente del arrepentimiento me hace llamarte "mi amor" en algunos sueños. Aún cuando sabemos que no habrá más labio con labio.
Le digo sí al pecho con pecho, quiero mis brazos dentro de tus brazos aunque mañana no despertemos juntos.